miércoles, 9 de febrero de 2011

¡Oh là là, el francés¡

Lo sé, no hace falta que digas nada: lo tuyo es llevar la contraria. ¿Todo el mundo obsesionado con aprender ingés, que si es el idioma del futuro, que si con él se va a cualquier parte y bla bla bla? ¡Genial, pues a ti lo que te tira es el francés¡ Y haces bien, qué narices: ¿dónde se ha visto un idioma tan musical, tan atractivo, tan suave y tan... "estimulante"? ¡Está claro que como el francés no hay otro¡

Y tampoco es tan difícil como lo pintan. Es más: yo diría que los que hablamos castellano tenemos considerables ventajas sobre el resto del planeta a la hora de estudiar francés. Ahí van unas cuantas:
- La gramática es mucho más parecida a la nuestra que la del inglés, el alemán o el ruso, por ejemplo.
- Hay muchas palabras y estructuras similares en ambos idiomas.
- Vivimos cerquita lo que hace muy fácil escaparse un fin de semana con la excusa de practicar.

Pues eso. Que hablar franceś merece la pena y que aprenderlo es, convéncete, mucho más fácil de lo que te imaginas. Hace falta, claro, interés y paciencia, pero me temo que esas dos condiciones son necesarias para la mayor parte de las cosas en la vida. Lo del interés lo tienes fácil:¡que seas vago no quiere decir que no te interese nada..., por mucho que lo piensen tus padres¡ Pero lo de la paciencia no lo tienes tan fácil, no nos engañemos.

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